Las últimas informaciones publicadas por la prensa este domingo prueban la connivencia entre Mariano Rajoy y su extesorero, Luis Bárcenas, y sitúan la situación en un punto de no retorno: el jefe del Ejecutivo debe irse y no puede seguir ni un minuto más en La Moncloa.
En febrero de 2013, Rubalcaba ya denunció que Rajoy había ligado su destino a Bárcenas, que carecía de autonomía y que debía irse.
Esta semana, fueron publicadas nuevas informaciones sobre los sobresueldos ilegales del PP percibidos por Rajoy cuando fue ministro.
En la Diputación Permanente del pasado jueves, el PSOE solicitó la comparecencia del presidente, que fue negada por un PP que optó por arremeter contra los grupos de la oposición, a los que acusó de connivencia con un delincuente, nada más y nada menos que su extesorero durante más de veinte años.
Los ciudadanos han sabido por una
información del diario El Mundo que el
extesorero estaba en silencio por el
respaldo del presidente, que le pidió que
negara tanto el dinero negro como los
sobresueldos ilícitos de los dirigentes del PP,
además de trasladarse su apoyo y
comprensión en numerosas conversaciones
y mensajes en su móvil al menos hasta marzo
de 2013.
Por todo ello, Rajoy está incapacitado para seguir un minuto más al frente del Gobierno. Su permanencia “constituye un daño incalculable para un país que está atravesando momento extraordinariamente difíciles”, ha dicho Rubalcaba este domingo en Ferraz. “Dijimos en febrero que el presidente no podía vivir pendiente de los ataques de sinceridad del señor Bárcenas. Hoy quiero decirles que el PSOE no está dispuesto a que sea España la que esté en vilo, pendiente de esos ataques de sinceridad del señor Bárcenas.”
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